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Un mimo en la Casa Ludovica 30 Oct

Un mimo en la Casa Ludovica

El jueves 24 de octubre pasado la Casa Ludovica tuvo un visitante particular: el mimo Néstor Ponze compartió la tarde con los niños alojados junto a sus mamás en el hogar de tránsito y llenó de alegría el lugar.

La actividad se enmarcó dentro del taller plástico literario que brinda la biblioteca «Del otro lado del árbol» en la Casa Ludovica. «Los libros: ventanas por las que entra aire fresco» es el nombre del taller que brindan Elisa Casaux, Fabiana Procopovich y Carla Costamagna, voluntarias de la biblioteca. Cada jueves, llegan al hogar llevando libros y música, e implementando una dinámica de taller en el que invitan a participar a los chicos, pero también a sus madres o acompañantes. Buscan lograr que vivan un momento ameno, donde pongan en juego la creatividad y la expresión.

La sensibilización a través de la exploración de libros y a través de la lectura o la narración, crean el clima que predispone al intercambio, a la palabra, a la escucha y a la expresión de ideas y sentimientos. A ellas les gusta llamar a estos encuentros “terapias de respiro”, donde poder dar pausa al agobio de la situación que se está atravesando y dejar que el niño/niña y los adultos también, suelten su esencia de juego y disfrute. Porque están convencidas de que la literatura y el arte pueden ser una ventana por la que entre aire fresco…

«La dinámica consiste en partir de un libro, un relato, una poesía o una canción, y generar un espacio de creación desde la plástica, pero también desde la palabra. Intento rescatar de la memoria infantil de las mamás, rimas, versos, juegos, experiencias, que enriquecen el momento y que nos remontan a todos a situaciones lúdicas y placenteras que nos alejan del aquí y ahora agobiante, permitiéndonos reír, divertirnos y jugar. Espontáneamente, se va dando un ida y vuelta, un intercambio ameno con las mamás, que tienen la necesidad de sentirse escuchadas y acompañadas», expresa Carla, referente de la biblioteca en el hogar.

El taller apunta a saldar la necesidad de que los chicos y chicas que por distintas circunstancias de vida tengan que transitar por hospitales y sostener tratamientos prolongados, no dejen de ser niños…  (con necesidad de jugar, de expresarse, de entrar en otros mundos posibles de la mano de los libros y de la literatura); que sigan transitando su infancia más allá de la circunstancia de una enfermedad.

«Qué bueno sería que las enfermeras trajeran crayones y libros» dijo Pilar alguna vez, quien falleció en 2011. Su lucha incansable inspiró a su mamá, Paula Kriscautsky, a crear la biblioteca; en homenaje a su pequeña hija, pero en ella a la infancia toda.

La biblioteca

«Del otro lado del árbol» es mucho más que una biblioteca: es un espacio social y cultural, un colectivo de locos soñadores, un espacio público recuperado y, por sobre todas las cosas, un lugar de defensa de derechos por los pibes y las pibas.

El espacio nació en La Plata, el 2 de abril de 2011, fruto del amor entre una mamá y su hija, Paula y Pilar. Un año antes, Pilar iba a la última sala del jardín, estaba aprendiendo a leer, le gustaba jugar en la plaza, escuchar cuentos y dibujar. Fue entonces cuando le descubrieron una grave enfermedad. Durante meses, Pili y su familia pasaron largas horas en la Clínica del Niño de La Plata.

Allí comenzaron a soñar con una biblioteca que acompañara a los chicos que atraviesan situaciones difíciles como la que vivían ellos, acompañándolos con libros, hojas y crayones para dibujar; y así escaparse a través de los cuentos a lugares fantásticos. Pese a la enorme fortaleza y a su incansable lucha, Pilar voló hacia el sol y la luna el 12 de enero de 2011.

En medio del dolor, Paula, junto a familiares y amigos, empezó a trabajar para darle forma al sueño de Pilar. Se gestionó un galpón en el Parque Saavedra, se invitó a la comunidad a colaborar de muchas maneras, se sumaron cientos de manos y miles de donaciones hasta conformar y consolidar el espacio que hoy todos podemos disfrutar.

Con el correr de los días, ese pequeño sueño se transformó en un inmenso proyecto: se consolidó una biblioteca pública abierta de lunes a sábados, se interactúa con distintos centros de salud, se reciben diariamente visitas de escuelas y jardines y se estableció un espacio artístico-cultural que ya es parte del circuito platense y la región.

Como expresan los integrantes de la biblioteca, «Del otro lado del árbol» es un espacio donde se sueña y se trabaja por infancias felices y donde se cree en la transformación del dolor en acción. Desde la Fundación Ludovica queremos agradecerles por ayudarnos a abrir esta ventana en esta hermosa tarde de primavera.

¡¡Muchas gracias!!