Desde hace unas décadas, el plástico ha facilitado la vida de las personas. Sin embargo, su uso desmedido en la actualidad está generando muchas consecuencias negativas. Por ser un material barato, liviano y fácil de producir, su presencia en el planeta ha alcanzado cantidades con las que el ser humano ya es incapaz de lidiar. El plástico, una vez que es liberado en el ambiente, no desaparece.

El Día Mundial Sin Bolsas Plásticas es promovido por organizaciones ecológicas y ambientalistas para concientizar a la sociedad acerca del problema de la contaminación del plástico, poniendo el foco en uno de los productos más emblemáticos, que está presente en nuestro día a día.

Según datos de Naciones Unidas cada año se utilizan cinco billones de bolsas de plástico.

Tengamos en cuenta que:

• Para su elaboración se utilizan derivados de un recurso natural no renovable: el petróleo.
• Se utilizan solo unos minutos y luego se desechan.
• Terminan en arroyos, mares, ríos de todo el mundo provocando la muerte de miles de animales por su ingestión.
• Las bolsas que quedan en las calles de las ciudades también tapan las bocas de tormenta y evitan la normal circulación de agua (además de contaminar visualmente).

Algunos hábitos que pueden contribuir a disminuir el uso de bolsas plásticas:
1. Para hacer la compras, usar bolsas de tela, canastos o carritos.
2. Recibir las bolsas sólo cuando sea estrictamente necesario, vencer la costumbre de recibir bolsas de manera automática.
3. Reutilizar las bolsas que ya tenemos.

Porque creemos que cuidar el planeta no es sólo cuidar el ambiente, sino también cuidar de nosotros mismos, desde la Fundación Ludovica lanzamos IMPULSO AMBIENTAL, un programa de reciclaje solidario cuyo objetivo es generar conciencia sobre la importancia de cuidar nuestro entorno para cuidar nuestra salud, al tiempo que genera recursos para sostener la obra de la institución.

IMPULSO AMBIENTAL está dirigido a empresas, organismos públicos y entidades de la sociedad civil. El programa representa una oportunidad para desarrollar acciones de responsabilidad social y ambiental a través de la gestión adecuada de residuos, para fortalecer así las estrategias de sustentabilidad de las organizaciones.